vendredi 16 août 2013


LA CONSTRUCCIÓN SOCIAL DE LA CULTURA HUMANA

 ALEJANDRO URIBE BEDOYA

El autor es un escritor e historiador que fue expulsado  de varias instituciones de Colombia por sus conocimientos sobre el fascismo.  Él fue expulsado de la FLACSO sede México por profesores franquistas españoles y argentinos que le impidieron graduarse como maestro en Ciencias Sociales.  Fue vetado en la Universidad Tecnológica de Pereira y expulsado de varios colegios entre ellos el Colegio “Manuel Elkin Patarroyo” de donde lo licenciaron  por crear un cine-club antifascista, del Colegio Aquilino Bedoya por defender las comunidades indígenas y del Colegio Agustín Nieto Caballero por crear un sindicato de educadores por contrato.  Él ha sido adoptado como refugiado político por el Estado de Ginebra en Suiza y allí continúa sus estudios sobre la sociedad colombiana.



Mucho se ha escrito sobre la transformación fisiológica del Mono en Hombre o proceso de Hominización; hemos inclusive encontrado el eslabón perdido que tanto trasnochó a los investigadores.Hay un proceso poco investigado: la "Transformación del mono en hombre", pero desde el punto de vista del comportamiento ético y cultural.  El "espíritu simiesco", la "cultura simiesca" que identifico como "Cultura Salvaje"  ronda como un duende en la cabeza de los hombres; ha sido muy complicado crear la "Cultura Humana", "El hombre humanista" en contraposición al "Hombre espiritualmente simio".
La herencia del "Hombre culturalmente simio", cultura ancestral y legendaria, la podríamos identificar en los siguientes elementos:

1. El "Hombre culturalmente simio" es un hombre violento; la "Cultura de la violencia" hace parte de nuestro estado de salvajismo, en el, los hombres (para subsistir) tenían que acudir a la coacción contra la naturaleza o al enfrentamiento violento entre manadas.

2. El "Hombre culturalmente simio" es un hombre egocéntrico; sólo trabaja para sí y para los de su grupo, las demás especies son importantes en la medida en que sirvan para satisfacer sus necesidades.

3. El "Hombre culturalmente simio" es un hombre competitivo, incapaz de cooperar con otras especies y dispuesto a superponer su instinto de supervivencia por encima de los derechos de los demás.

La edad Preescolar es quizá la etapa clave para demostrar algo significativo:  nacemos siendo hombres culturalmente simios y las estructuras sociales refuerzan todos los arquetipos del hombre no humano.

Estudios con preescolares demuestran esta hipótesis; el instinto violento nace con nosotros y se va reforzando a lo largo de nuestra existencia, el dañar o destruir es parte de las actitudes más repetitivas del preescolar; pelearse, morderse, golpearse son comportamientos típicos en nuestra edad temprana y se prolongan hasta bien avanzada la edad; desde niños somos violentos, las diversas formas de violencia que podemos aplicar se van haciendo más sutiles; el simple daño en el preinfantil, palmadas y mordiscos son reemplazadas en la edad infantil por las patadas y los puñetazos; desde la juventud la violencia implica instrumentos especializados como los puñales y las armas de fuego. También en el preescolar, el individualismo hace parte de su personalidad; el sentido de propiedad, de egocentrismo, se nota en la actitud de no compartir; un preescolar recibió en época de navidad un tricíclo, con el ajustaba dos, su compañero, de su misma edad, carecía de tricíclo, en el momento en el que se le quitó uno para dárselo al que carecía de el, el preescolar se puso a llorar y asumió inclusive actitudes violentas; se le entregó a un niño un vaso de gelatina y se le incitó a compartirlo con otros niños, se puso a llorar y también asumió actitudes de ira, quería todo para él.  Compartir no es propio del preescolar, las actitudes individualistas se van convirtiendo lenta y paulatinamente en parte de su personalidad y son reforzadas por el medio social.  Así funciona el utilitarismo; el lucro, la necesidad de recibir por hacer algo, se nota también en el preescolar; la dependencia de sus padres los hace utilitarios; sin embargo, no se nota aún en su plenitud hasta la infancia, en donde el utilitarismo se desborda  a todos sus niveles; aún sabiendo que los productos a comprar son para hacer su cena, muchos niños cobran a sus padres por hacer mandados o los presionan para estudiar o portarse bien siempre y cuando les den recompensas: la bicicleta en época de navidad, el paseo, etc. el "qué me da si hago esto" expresado en la edad infantil, es otro comportamiento simiesco de los individuos a pronta edad.

La herencia del capitalismo y sus estructuras sociales crean arquetipos que se transmiten por herencia de padres a hijos; así como el pájaro nace con la cualidad de como construir un nido, de cuales son los alimentos que tienen que buscar, de como deben orientarse en la naturaleza, así también los hombres nacen con toda la herencia cultural del hombre simiesco, que aprovecha plenamente las estructuras capitalistas.  Así, la triada Competencia, Egocentrísmo y Violencia es el triángulo propio del Salvajismo. Ahora bien, si hablamos del proceso de transformación cultural del mono en hombre, esto es de la transformación de la  vieja cultura simiesca en "Cultura humana", es de entender que es necesario la transformación de esta triada en otra triada antagónica que se identifique con "El hombre culturalmente humano" esto es:

1. De la violencia al pacifismo:  El "Hombre culturalmente humano" no es un hombre violento sino pacífico.

2. Del egocentrísmo al altruismo:  El hombre que deja atrás la "Cultura simiesca" es más altruista que egocéntrico.

3. De la competencia a la solidaridad: La "Cultura humana" implica la formación de un hombre solidario y la anulación de la competencia.


     
       TRIADA DE LA CULTURA SIMIESCA


                           VIOLENCIA
                
     EGOCENTRISMO      COMPETENCIA         

                                           
                                           
       TRIADA DE LA CULTURA HUMANA         
                                           │
        
                         NO VIOLENCIA                 
              
           ALTRUISMO     AYUDA MUTUA                                        


Un cuadro comparativo mucho más específico, lo podemos encontrar en el siguiente cuadro:

HOMBRE CULTURAL
MENTE SIMIO             HOMBRE HUMANO

-Hombre violento          -Hombre pacifista

-egocéntrico                  -altruista

-insolidario                    -solidario

-sexualmente anárquico  -sexualmente organizado

-Incapaz de adaptarse    -convive armónicamen
 positivamente a la           con el medio
 naturaleza                                        



HOMBRE CULTURAL
MENTE SIMIO                 HOMBRE HUMANO



-Desorganizado social e     -Organizado social e
individividualmente              individualmente                        

-Actúa por instinto              -Actúa racionalmente

-No se percata de su              -Se percata de su futuro y el de los demás
futuro                                                                           

-No mide las consecuen      -Mide las consecuencias de sus actos        
 cias de sus actos

-Incapaz de autocontro      -Se autocontrola
larse


HOMBRE CULTURAL
MENTE SIMIO                 HOMBRE HUMANO

-De muy bajo sentido         -De alto sentido social                  
 social
                        
-Pierde sus valores         -Interioriza sus valores             

-Utiliza la naturaleza        -Controla positiva    
anárquicamente                 mente su relación con el medio

-Incontrolable demográ      -Demográficamente
 ficamente                           controlable

HOMBRE CULTURAL
MENTE SIMIO                      HOMBRE HUMANO


-No tiene en cuente               -Tiene en cuenta los
los sentimientos y De            sentimientos y Dere
rechos de los demás              chos de los otros

-Defiende la Explotacion         -En desacuerdo con    
hombre por el hombre             explotar a otros                  
       

El futuro de la Cultura humana puede  estar sellado por este antagonismo; cada vez hombres y mujeres del orbe se han percatado de la necesidad de tomar partido por un modo de vida mejor, en la medida en que para muchos seres humanos la "Cultura del hombre culturalmente simio" ha significado el peor de los desatres y ejemplos que hayan pasado por su vida.


Apliquemos los anteriores conceptos al análisis de nuestra realidad y demostremos con la hipótesis central del presente ensayo: antes que "Cultura Humana" la Postmodernidad ha reforzado la cultura del "Hombre culturalmente simio" por lo que nuestro proceso de transformación espiritual del mono en hombre ha sido estancado por el impacto del Capitalismo, de allí que El Capitalismo Salvaje o el Anarcocapitalismo (Neoliberalismo), en su expresión más global, el Imperialismo, se han convertido en el obstáculo mas grande para la creación de una cultura humana.


El perfeccionamiento cultural, profesional y educativo es una de las grandes banderas de la postmodernidad; la Postmodernidad es una creación del Capitalismo y por ello su carácter (como el de su padre, el orden burgués), es evidentemente clasista.

Un ahondamiento sin igual de las relaciones de segregación o del Apartheid social, refleja la plena vigencia del Darwinismo social, ideología característica de la sociedad Burguesa.  Ese ahondamiento de las relaciones de segregación trae consigo la crisis de la "Cultura humana"; la "Cultura simiesca" se va sobreponiendo a los valores fundamentales de la convivencia social en el sentido humano. Los ejemplos de "Hombre culturalmente simio" los tenemos a la vista: los encontramos en el Imperio romano, en la Inquisición medieval, la Conquista y colonización de Africa, América y Asia en las guerras imperiales de los  siglos XVIII y XIX, en la primera y segunda guerra mundial, en el fascismo hitleriano, en la bomba de Hiroshima y Nagasaki, en la guerra del Golfo pérsico.  En América es bien latente en los procesos de conquista y colonizacíon, en las guerras de independencia, en las guerras civiles del siglo XIX, en las invasiones norteamericanas  y las cruentas dictaduras militares, en la ambruna, el endeudamiento externo y la pobreza.

La sobreutilitarización de la sociedad hace que la ética humana entre en crisis; el individualismo se sobrepone al colectivismo y la colonización de la personalidad del ser individual por los principios Capitalistas de competencia, ganancia, lucro, utilidad representa el fenómeno social más característico de la postmodernidad.

Viejos actores que se contrapusieron a los principios asociativistas y agitaron los comunalistas como la Iglesia, los Sindicatos y los Partidos de Izquierda claudicaron finalmente ante el anarcocapitalismo que penetró inclusive en las duras conciencias antiexplotadoras de sindicalistas, en las apocalipticas ideas del bien de Sacerdotes y monjas o pastores evangélicos  y en las radicales mentalidades antiempresariales de los izquierdistas, por ello nos quedamos sin oposición al utilitarismo, la burguesía triunfó e impuso la tiranía del Capital y con ella el prototipo simiesco de la cultura.

No es difícil demostrarlo: las amplias ganancias de la Iglesia católica en el manejo de la educación privada así lo demuestra; las excentricidades y el lujo de que disfrutan los dirigentes sindicales también, el acomodamiento de la izquierda a los regímenes burgueses más aún.

Ante qué fenómeno particular nos ha postrado la Postmodernidad? la idea del Capitalismo Salvaje, trae su acompañante: la "Cultura Salvaje" característica de dicha sociedad, ella consiste ni más ni menos que en la profundización de las relaciones salvajes de interacción entre los hombres, en la conversión de la Sociedad en una especie de selva en la cual los hombres no conviven sino que compiten, no se ayudan sino que se liquidan.

El ansia de poder, de dominación, de explotación y sometimiento característica de los Ecosistemas salvajes se ha convertido en la norma absoluta de nuestro existir; es tan normal matar en nuestras sociedades, como lo era en el Estado natural, utilizar al otro en condiciones de indefección como lo hace el León con el ñiu o el tigre con el venado; es una prueba fehaciente de la vigencia nefasta del la cultura del "Hombre culturalmente simio".

Es indiscutible que el trabajo intelectual juega un papel esencial en éste proceso. El intelectual es el portador del saber, el hombre que ha tenido la posibilidad de alejarse a mayor distancia del "Hombre culturalmente simio", sin embargo, el mismo trabajo intelectual, característico del perfeccionamiento cultural se ha puesto al servicio de la cultura simiesca. El capitalismo también utiliza la intelectualidad y lo hace para reforzar el sistema, para autoreproducirse y sostenerse como sociedad.  La utilitarización de la intelectulidad es uno de los elementos importantes de la "Crisis de la Cultura Humana"; el armamentismo producido por los científicos en los más disímiles campos, con toda su capacidad destructiva para someter e intimidar pueblos es una prueba fehaciente de ello. La manipulación del científico como instrumento del Capitalismo se ha convertido en una de las principales amenazas para la humanidad entera.

Por ejemplo, la utilización de los hidrocarburos tiene al borde de la destrucción al planeta y ello se lo debemos a los científicos; la destrucción del plancton marino por la contaminación con productos químicos ideadas por los científicos amenaza seriamente la cadena alimenticia, con ello la posibilidad de que todo rasgo de vida, incluyendo al hombre desaparezca de la faz de la tierra; los inventos en la industria textilera , alimenticia, petroquímica y en la Agroindustria para alentar el consumismo van a terminar por liquidarnos.

Así, el Capitalismo se aprovecha del trabajo intelectual con propósitos nefastos y perversos, alimentando una Cultura animalesca, propia de nuestro pasado homínideo, en la cual sin importar las consecuencias y los métodos, competimos como las más salvajes fieras por la subsistencia, es, sin lugar a dudas, uno de los más importantes virajes negativos que la Postmodernidad ha dado a nuestra cultura.

La Historia de la humanidad denota una transformación inequilibrada del hombre, esto es, en la medida en que el proceso de hominización física transcurrió con éxito, en que nuestra fisiología abandonó el Estado del mono y adoptó el Estado del hombre, nuestra cultura sufrió un retraso, continuamos por mucho tiempo siendo "Hombres culturalmente simios" inmersos en el yo de  hombres fisiológicamente humanos, aquel viejo simio que creíamos haber derrotado con nuestro andar erecto, la capacidad de hablar y la perfección del lenguaje ha subsistido en nosotros como "Cultura simiesca".

Los intentos por construir la "Cultura humana" tenemos que buscarlos en la ética; sin embargo, la construcción teórica no basta, mucho más importante que ella es la actitud que en la práctica asumen los hombres como "seres humanos" o como seres "Culturalmente simios" para poder evaluar resultados. La Familia, el Aparato educativo y los Aparatos ideológicos de Estado son elementos que pueden contribuir en gran medida a crear una cultura humana o a reproducir una cultura simiesca.

Los comportamientos salvajes regidos por la ley de la supervivencia del más apto, como instintos naturales y arquetipos propios del ser humano, continúan vigentes.  La crueldad de la cacería parece trasladarse al ámbito de lo
social; lo social desde el momento mismo del surgimiento de las clases sociales, de la explotación del hombre por el hombre se convierte en una inmensa selva donde la ley de la supervivencia del más fuerte se impone; donde los hombres mismos se auto interpretan como animales y donde el cemento de la sociedad se asemeja a una selva, el ratón o la rata identifica al ladrón; el gato al hombre que persigue a los rateros; el conejo, al hombre no violento; el águila, al vivo; así se identifican a los hombres como el elefante, el tigre, el león, el perro, el búho, la gallina, el gallo, el ganso, el lobo, el pingüino, la culebra, la paloma, el cóndor, el gallinazo, la avispa, la abeja, la oveja, el chivo, la tortuga, el buitre, la garza, la pantera, la lombriz, el gusano y muchos más. El sentido común popular impone como códigos de identificación de los hombres estos nombres, los hombres mismos con estos apodos reconocen que lo social se asemeja a una selva y se autoidentifican con ella.

Hay que reconocer que es muy difícil asimilar ciertos instintos animales al hombre de la postmodernidad.  Nuestros hombres paradójicamente se alejan cada día más de los instintos animalescos no hacia la "Cultura humana" sino hacia comportamientos mucho más regresivos que los comportamientos animales; eso de que "hay hombres que son animales completos" es de discutir.  Los animales no matan a los de su misma especie a excepción de ciertas fieras como el oso o el león que aniquilan a sus crías para obligar a la hembra a entrar en celo; sin embargo, el hombre si lo hace; los animales trabajan cotidianamente para sobrevivir, el parasitismo es propio del hombre de la postmodernidad.

La cotidianidad es uno de los elementos claves que nos permiten corroborar el dominio de la "Cultura simiesca" por encima de la "Cultura humana".  Les gusta a los hombres del común formarse, estudiar, ser cultos o practicar la ciencia? cual es la relación proporcional entre los cultos y los incultos en la época de la postmodernidad? la realidad es que la proporción favorece ampliamente a los segundos.  A pesar de que la postmodernidad ofrece amplias oportunidades para el desarrollo de la cultura, esta continúa siendo una práctica de las minorías.  La cultura simiesca detesta el desarrollo cultural, los medios de comunicación masiva explotan esta situación y contribuyen a hacernos más simios que cultos.

Burlarse de los buenos estudiantes, apodar como "Nerds" a los hombres inteligentes, aislarlos y desprestigiarlos sin tener en cuenta su situación es algo muy común y característico de la postmodernidad. El énfasis en la apariencia, en la vida formal y en las sensaciones por encima de la moral es algo propio de nuestros tiempos.  Más "bonitas y sensuales" que inteligentes, es la influencia en las mujeres y hombres de la postmodernidad que derrochan dinero y energías en sostener un mundo plástico que los convierte en seres inservibles a la sociedad, en simples pasajeros de la vida que pasan por el mundo sin hacer aporte alguno a la historia; "vienen a que los vean" es un slogan que los caracteriza plenamente.

El parasitismo social se ha convertido en una de las prácticas más comunes; el desprecio al trabajo y la deshonra que el trabajo honesto provoca en hombres y mujeres han hecho de la vagabundería un mecanismo de fama y prestigio; apariencia más vagancia es igual a distinción. La ciudad, ese espacio de violencia, de competencia y de egoismo (la triada que caracteriza la cultura simiesca)  es además un espacio de parasitismo.  El trabajo es una practica reducida en la población.  Entendido como el proceso de creación de bienes materiales y espirituales, es de entender entonces, que solo el sector industrial y la intelectualidad contribuye a ello; la producción de bienes materiales y espirituales en la ciudad es muy reducida, materialmente la ciudad vive del campo, en el campo esta el trabajo, en la ciudad el parasitismo.

"Cultura simiesca" y "parasitismo" representan el dúo dinámico que va de la mano en la postmodernidad; es su eje fundamental.  Del parasitismo, del no hacer nada, vive un grueso número de la población. Los que se dedican al trabajo,  o sea al desgaste físico o intelectual son reducidos; el facilismo en la búsqueda del dinero es la norma fundamental de nuestros tiempos. 
Ese "parasitismo urbano" es inclusive una representación simbólica.  Una "vida cómoda", una "vida sin problemas", "no tener que esforzarse", son algunos de los slogans que caracterizan la vida urbana; el hombre de la ciudad piensa desde una perspectiva diferente a la del hombre del campo, que sabe que un tipo de afirmación de estas significa la muerte.  Esta "vida fácil" no se puede realizar sin dinero, el dinero es la obsesión del habitante urbano ya que el dinero otorga todos los instrumentos que permiten tanto satisfacer las necesidades como sostener el status y el simbolismo clasista.

La lucha por el dinero es el drama de la vida cotidiana en la ciudad.  Adquirir dinero es la obsesión del ciudadano urbano, no importa como, para muchos la moralidad es un obstáculo serio para ello.  Subir a un bus a cantar,vender chucherías, atracar, secuestrar, vender y más vender todo lo que se pueda hasta obtener el precioso billete; ello, hace del ciudadano un obsesionado del dinero; no importa los medios en los casos más extremos si es preciso engañar, prostituirse, deteriorar la salud del otro vendiendo alucinógenos, se hace. 

La guerra por el dinero es la principal motivación de la "Cultura simiesca" en la época de la postmodernidad, ya que el  dinero, la lucha por su obtención nos hace salvajes, despierta nuestros instintos violentos, egoistas y competitivos:

1. VIOLENTOS:  La guerra por el dinero en las ciudades ha elevado los índices de violencia; muertos heridos, desaparecidos, amenazados, desterrados como efecto de la guerra por el dinero.

2. EGOISMO:  El Darwinismo social es más focalizado en las ciudades; el egocentrismo traducido en "vivir yo y los demás que se jodan" conlleva al aumento de la injusticia; en todos los grupos sociales se aplica este principio, no solo los ricos y la clase media lo asimilan como parte de sus convicciones, también los pobres. El núcleo de solidaridad social se ha reducido a uno o dos individuos, ni siquiera en la familia existe.

3. COMPETENCIA:  La ciudad es un espacio de competencia, por empleo, por bienes materiales, por status.  La competencia es una de las cualidades más significativas; la sociedad de consumo impone la competencia como principio de vida, ella, escinde los hombres en marginados e integrados, con bienestar o
sin el, desarrollados o subdesarrollados, nutridos y desnutridos, felices e infelices.

"La ciudad de los simios" es quizá el slogan clave para identificar a las urbes. en ellas, unida a esa guerra por el dinero, nos encontramos con la indiferencia.  En la especie animal simiesca  son muy pocos los individuos que sobreviven cuando se encuentran enfermos o heridos, muy pocos los que protestan y la autoridad del jefe de la manada se impone por violencia:  no es esto lo que se presenta en nuestras ciudades?

La indiferencia es típica del ciudadano urbano.  Basta tenerlo todo para despreocuparse de los demás, basta conseguir para mí sin importarme el otro; los peores crímenes ya no nos escandalizan, una masacre es tan normal como tomar apaciblemente un tinto en una cafetería, ver al pobre agonizando de hambre es tan normal como comprar un refresco; es una verdadera vida salvaje.  La autoridad del gobernante se impone por la fuerza, por la constate amenaza de muerte por las fuerzas coercitivas que pasean sus armas advirtiéndole al ciudadano lo que puede pasar si se rebela contra el orden.  Desplazar por la fuerza a los habitantes de un barrio de invasión sin importar si amanecen a la intemperie es mucho más importante que garantizarle el derecho a la vivienda.

Es que la violencia es la manifestación más cruel de la "Cultura simiesca"; la postmodernidad crea hombres tan violentos que aún la fuerza y la coacción se convierte en la forma esencial de convivencia; ella es adorada, idolatrada y es el canal fundamental del poder político y personal.  Las diversas formas de violencia se han extendido en las sociedades postmodernas como una red; a qué se debe este fenómeno? esencialmente al renacer de la "Cultura del hombre simio".  Los mecanismos de legitimidad que se esgrimen así lo demuestra; el sexo y la violencia por ejemplo, están ampliamente conectados: el "macho violento" o "el duro" se ha convertido en un símbolo sexual en las mujeres.  Contar el número de muertes provocadas por disputas por mujeres sería interminable; aún en las mujeres se nota la decisión de matar y herir al hombre u otras mujeres, por problemas personales pasionales. 

El "hombre macho" estereotipado como hombre violento excita más a las mujeres, las lleva a la plenitud; no es esto "Cultura salvaje"?  La violencia del león defendiendo su territorio, del gorila defendiendo su hembra, de las hienas o los chitas disputándose la hembra, no se diferencia en nada del comportamiento de los hombres de la postmodernidad, nuestro comportamiento muy parecido al de estas fieras refleja ese estado de salvajismo que aún no desaparece en nosotros. Matar es normal, herir o dañar son cualidades que tipifican hoy por hoy a las personas; el que mejor lo haga o "el duro" asume su propio rol de prestigio en los diferentes grupos sociales.

Es que la escisión clasista tan fuerte que trae aparejada la postmodernidad hace que la "Cultura simiesca" se  presente como algo natural; los grupos dominantes u oligarquías necesitan de la coacción, de la violencia para
defender sus privilegios, ellos tienen ejércitos plenamente legitimados que aparecen como defensores de todos los intereses de la sociedad; la clase media también y aún los sectores populares, desprotegidos crean formas de aplicación de la violencia para reclamar.

La "Cultura simiesca" va copando los mismos espacios de sectores sociales que antes eran catalogados como humanistas.  La Iglesia católica, por ejemplo, ha sufrido un proceso lento y paulatino de deshumanización y es una aliada y justificadora de la violencia estatal, de la "Cultura simiesca" que surge desde el Estado; grupos evangélicos avalan el paramilitarismo y las masacres para apoderarse de tierras que antes eran de campesinos indefensos, el suicidio colectivo de adeptos es otra práctica cruel que refleja el salvajismo de las religiones.

Otras formas de violencia reflejan la descomposición social: jóvenes asesinando madres embarazadas , masacres transmitidas en vivo y en directo, impunidad y justificación de muertes (muertos buenos y malos), matanzas colectivas de jóvenes, satánicos enloquecidos cometiendo genocidios o haciendo arrojar jóvenes de puentes; curas incitando a la guerra, Estados armándose desproporcionalmente.  Este conjunto de formas de violencia reflejan una sociedad pobremente humana; es evidente que culturalmente ese viejo simio que creímos haber dejado atrás aún sobrevive en los hombres de la postmodernidad.


Los mecanismos de justificación de la violencia son más que mediocres; la violencia estatal horrorífica y cruel se justifica por la existencia de otro polo en guerra; las más horripilantes masacres siempre tienen su justificación. Desde las bombas de Hiroshima y Nagasaki pasando por las intervenciones militares norteamericanas en América Latina y las increíbles masacres en Colombia, no nos hemos quedado sin la respectiva explicación que nos intentan convencer de porqué estos hechos de sangre eran necesarios.  La justificación significa hacer pensar que el acto de violencia es legítimo, que el polo que lo ejecuta es el "bueno" y el polo sobre el que se ejecuta es el "malo"; en este caso la victima siempre aparece como lo que no debe existir.

La justificación más cruel es aquella que se hace sobre victimas inocentes.  La violencia contra indígenas y negros en la época de la conquista fue plenamente justificada por la Iglesia basada en conceptos de inferiorización de la victima y superiorización del victimario; los argumentos racistas y bíblicos llevaron a la muerte a millares de seres humanos; lo mismo sucedió con las victimas inocentes de Hiroshima y Nagasaky y con los pueblos judíos masacrados por Hittler; cada verdugo justificó sus actos inspirados en ideas de seguridad o superioridad; para los gringos la demostración de fuerza significó el inicio de su dominio del orbe, su conversión en gran potencia; para el fascismo la crueldad sobre el pueblo judío fue una advertencia a muchas otras razas de lo que sucedería sino se dejaban someter.

La "defensa de la Democracia", del "bien", "de la cultura occidental", de la "seguridad de los pueblos", fueron los argumentos de los gringos para apoyar y sostener crueles dictaduras militares en las décadas del sesenta, setenta y ochenta que practicaron las más bárbaras formas de violencia contra gentes desarmadas: lanzar sus victimas desde helicópteros a los tiburones en honor al "bien", fusilar colectivamente ciudadanos  en los Estadios, desaparecer, torturar, amenazar, desterrar, son actos que traen su justificación simiesca, cuantas victimas inocentes no fueron acribilladas y torturadas en América Latina por las dictaduras acudiendo a la razón del bien?

En Colombia el fenómeno es aterradoramente parecido; después de cada masacre los medios de comunicación justifican los muertos.  Todas las más crueles masacres de las dos últimas décadas han tenido en la radio, la prensa y la televisión los más fuertes justificadores.  Las masacres de Segovia, Trujillo, El Tomate, Honduras y La Negra, Riofrío, Mapiripán y muchas otras  han sido cometidos inicialmente por guerrilleros a pesar de que todas fueron actos de las Fuerzas Armadas; a que tipo de desprestigio se juega? mentir para ganarle la guerra al otro ha sido parte de la matriz de justificación que ha desorientado a la sociedad civil en Colombia.

El genocidio contra dirigentes de la Unión Patriótica y de la izquierda tiene esas mismas características; las muertes de dirigentes de la UP siempre fue justificada en el hecho de que eran guerrilleros a pesar de que nunca lo fueron y de que ningún dirigente tenía un arma en su mano para defenderse; sin embargo, ante los medios de comunicación siempre han sido "muertos malos" o "bien matados"; tres mil personas asesinadas fueron para los justificadores tres mil seres humanos que tenían que morir, en honor a la defensa de las instituciones y la Democracia.


Todo acto de violencia de la "cultura simiesca" tiene ante el justificador el lado humano; se mata al dirigente de izquierda por ser comunista y no estar con el establecimiento, se presenta este como un peligro y un mal para la humanidad que hay que exterminar; se asesina a los basuriegos porque su oficio es un mal ejemplo para muchos ciudadanos a pesar de que sean los agentes de la recuperación ecológica del planeta; millones de hectáreas de bosques en el mundo dejan de tumbarse por el oficio de estos titanes de la Ecología; sin embargo, el carácter indigno que las clases altas, medias y bajas ven en este oficio los lleva a la aplicación de la violencia contra ellas; los "hombres gallinazos" serían un mal ejemplo para los niños de los ricos y las clases medias y aún para sectores de las clases bajas; ellos según la cultura simiesca deben ser sacrificados por "desechables", la "limpieza de la sociedad" es la justificación de la muerte; muchos seres inservibles al mundo y a la Ecología como modelos, actores de cine, sacerdotes, militares o empresarios parásitos paradógicamente, son superiores a personas que con esfuerzo físico contribuyen a acortar la distancia temporal de liquidación del planeta.

Todos estos hechos nos muestran algo claro y palpable: los nuevos simios con su matriz de justificaciones y su potencial de crueldad han generado la guerra y su capacidad violenta ha servido como ejemplo a muchos ciudadanos que la copian y se contaminan de la cultura de la muerte; las sociedades por mucho tiempo seguirán siendo excesivamente crueles, continuaremos asistiendo a esa vieja división entre "hombres que tienen que morir y sufrir" y "los que merecen vivir dignamente", según el criterio de los justificadores de la violencia; ellos se apoyan con toda evidencia en el analfabetismo político de las amplias mayorías de la población, mientras subsista el "analfabeto político" es muy difícil que la sociedad sea capaz de crear una cultura humana alternativa a la del "hombre culturalmente simio". El poema de Bertold Brech "El analfabeto político" es muy ilustrativo en este sentido, dice :



            "El peor analfabeto es el analfabeto político,
            el no oye, no habla, ni participa en los acontecimientos políticos.No sabe que el costo de la vida, el precio de los fríjoles,del pescado,de la harina, del alquiler, del calzado y de las medicinas,
            dependen de las decisiones políticas.El analfabeto político es tan animal que se enorgullece e hincha del pecho al decir que odia la política.no sabe el imbécil, que de su ignorancia política proviene la prostituta,el menor abandonado, el asaltador y el peor de todos los bandidos,que es el político aprovechado, embaucador y corrompido, lacayo de las empresas nacionales y multinacionales."



Dos grandes estrellas han estado titilando continuamente a lo largo de nuestra historia, una como realidad, otra como utopía; la primera la de la "Cultura salvaje" y la segunda la de la "Cultura humana":

"CULTURA SALVAJE"

        COMPETENCIA      VIOLENCIA     ROBO
                   *         *         *
                   ***       *       ***
                     ***     *     ***
                       ***   *   ***  
                         *** * ***    
                           *****      
                         ********
                         *** * ***    
                       ***   *   ***  
                    ****     *     ***
                   **        *       ***
                  *          *         * ANARQUIA SEXUAL
 EGOCENTRISMO                                                    AUTORITARISMO


'CULTURA HUMANA"

                        PACIFISMO      HONRADEZ
     SOLIDARIDAD   *         *         *
                   ***       *       ***
                     ***     *     ***
                       ***   *   ***  
                         *** * ***    
                           *****      
                          ******
                         *** * ***    
                       ***   *   ***  
                    ****     *     ***
                   **        *       ***
                  *          *         *
            ALTRUISMO            DEMOCRACIA                                            
 ORGANIZACION SEXUAL


El ser humano es un carnívoro por instinto, es un depredador salvaje como lo es el león, el tigre, el jaguar o la pantera, la competencia por hembras se parece a la del caribú o la morsa, el espírtu de especie ladrona parecido al de la hiena que se apropia de lo que otros cazan o al del buitre salvaje está también implícito en sus intintos naturales; es evidente que no nacimos como especies vegetarianas como las cebras, los caballos el venao o las vacas, de allí que la violencia, esto es, el dañar, herir o matar es parte de nuestra naturalidad salvaje que ninguna sociedad hasta nuestros días ha podido derrotar; ni las religiones, ni los movimientos humanistas.  Pasarán miles de años antes que el hombre logre crear una "Cultura humana" que por lo menos le garantice no matarse entre los de su misma especie .

El hombre simio es el hombre natural, el que nace constituído; el hombre nace violento por naturaleza, desde pequeños manifestamos nuestro espíritu violento, dañamos, agredimos, destrozamos somos competitivos y egocéntricos; la lucha más tenaz del hombre por humanizarse es opacada por la acción de estos tres arquetipos.  Cada uno necesita del otro.

Vive el Capitalismo de nuestro salvajismo? es evidente que la estrella salvaje brinda al capital un espacio importante de lucro:

ANARQUIA SEXUAL:  Nunca antes ninguna sociedad había explotado tan utilitariamente el problema de la sexualidad humana como lo ha hecho el capitalismo, hasta el punto de convertirla en una mercancía, la expansión de la prostitución y la industria de los instrumentos sexuales es una prueba de ello.

ROBO: El robo es parte de los principios del capitalismo; hay robo sutil y tácito, ambos son practicados por las oligarquías.

VIOLENCIA:  Elemento fundamental para el Capitalismo, sin ella es claro, no puede subsistir.  El armamentismo, la sofisticación de los aparatos de muerte durante la época de la postmodernidad no tiene comparación.

COMPETENCIA:  El cordón umbilical del Capitalismo, el Darwinismo social reproduce la vida competitiva del mundo salvaje: Hienas sobre venados, tigres sobre cebras, bestias contra bestias.

EGOCENTRISMO:  Sin individualismo no hay Capitalismo, es un principio de los liberales.

AUTORITARISMO:  La forma de gobierno de las sociedades oligárquicas, también se practica  el TOTALITARISMO.

Comprender la vigencia de estas formas de interacción significa entender que ese viejo hombre de las cavernas que deambulaba por las selvas y bosques buscando especies en cacería, que se enfrentaba con otras manadas en disputas territoriales; que se mataba por las hembras ha sido reemplazado por otro "Hombre culturalmente salvaje" que ya no se desplaza a pie si no en automóvil, no vive en cavernas sino en unidades residenciales, no utiliza el hacha de piedra sino los misiles de alta destrucción, los aviones supersónicos y las bombas nucleares para ejercer el dominio territorial; con la diferencia de que aquel viejo simio era demográficamente pequeño mientras el de hoy que se acerca en número a los 7.000 millones de habitantes es un depredador masivo que en su afán carnívoro se encuentra al borde de liquidar el planeta.

Desde los comportamientos del hombre de la postmodernidad podemos además comprender esos viejos simios que dieron orígen a nuestra raza humana; no entiendo porque los antropólogos se afanan en investigar nuestros antepasados más remotos en Chimpancés, gorílas u orangutánes cuando nuestros comportamientos salvajes en la actualidad son una prueba fehaciente de los comportamientos de los viejos simios que culturalmente subsisten en nuestras individualidades.

La búsqueda de la "Cultura humana " ha sido un camino tortuoso para toda la humanidad; la rebelión contra el salvajismo (y los agentes contra esta rebelión) ha pagado cara su osadía.

La "Cultura salvaje" ha sido dominante a lo largo de toda la historia de la humanidad; las referencias más palpables las encontramos en las grandes rebeliones antiesclavistas: la rebelión de espartaco , el movimiento cristiano contra el imperio romano, los movimientos renacentistas anticlericales, el "siglo de las luces", los movimientos marxistas y anticapitalistas del siglo XIX, las revoluciones proletarias del siglo XX y los movimientos de lucha a favor de los derechos humanos, los movimientos ecológicos y las resistencias armadas antidictatoriales.

En la historia de la búsqueda de la "Cultura humana"tenemos que distinguir entre las luchas objetivas contra la "Cultura simiesa" y la lucha ideológica. La lucha ideológica está plagada también de persecusiones y de violencia; La historia de Sócrates condenado a beber la cicuta o de Cayo Petronio con su "Satiricón" dirigido contra el emperador Nerón fue uno de los que cayó abatido por los Simios; la edad media con la Inquisición estuvo plagada de persecusiones contra hombres cultos, también los renacentistas del siglo XVI, fueron persegidos, Maquiavelo fue desterrado y Tomás Moro descabezado, Giordano Bruno quemado y Galileo Galilei vilipendiado; Los esplendidos intelectuales del "Siglo de las luces" o de la ilustración dieron un impulso fuerte a la lucha por el humanismo, pero al final fueron olvidados.  Las persecusiones contra los fundadores del Marxismo, Marx y Engels en el siglo XIX abren otro ciclo que aún se prolonga hasta nuestros días.

El siglo XX está plagado de persecusiones a los humanistas:  La muerte de Gramsci en la cárcel, de historiadores como Marc Bloch, Bertold Brech, perseguidos todos por el fascismo, también Albert Einstein, el asesinato de Martin Luther King, luchador antiracista, el encarcelamiento de Nelson Mandela y muchos otros casos antes mencionados son puebas fehacientes de que la lucha por la construcción de una sociedad humanista ha sido dura y sangrienta; al lado del humanismo siempre hemos tenido las figuras más importantes de nuestra intelectualidad. Reivindicar el humanismo ha sido siempre peligroso; a muchos seres humanos les han quitado la vida por reivindicarlo, Chico méndez defendiendo el amazonas, Salvador Allende, Jesucristo, seres humanos que se enfrentaron a los simios y perdieron con ellos la batalla.  El humanista lleva las de perder porque el ser pacífico se enfrenta a un hombre violento destructor.
          

hechas las anteriores reflexiones preguntémonos: Como funcionan nuestras Universidades en un medio culturalmente salvaje?, Cual es su papel?, Es el conflicto social necesario o innecesario para la universidad? Cual debe ser la relación de la Universidad con dicho conflicto social?

La Universidad presenta una doble contradicción con respecto a la dicotomía cultural planteada; por un lado es la esperanza de transformación de la cultura, es el espacio más importante para crear esa cultura humana que nos permita liquidar la cultura simiesca a la que nos hemos referido; pero paradójicamente, es ese espacio esencial que le permite a la Cultura salvaje subsistir; la universidad es el centro fundamental donde se forman los intelectuales al servicio del Capitalismo.

Esta dicotomía sirve para dejar en claro que aunque la Universidad está programada para servir a la Cultura salvaje, ella puede convertirse en un foco de rebeldía contra esta y desde allí alimentar el proceso de construcción de una Cultura humana. El papel de la Universidad debe ser este y por lo tanto la Universidad tiene que ser el salon amplio de discusión y debate que alimente la conflictividad hacia el humanismo; la conflictividad es un Estado natural de las sociedades escindidas en un Apartheid social; la ley de la existencia
segregada, en la medida en que se ahonda genera mucha conflictividad; la Universidad no debe temerle a la conflictividad, debe plantearse el conflicto hacia un mundo mejor.

Colombia es una de las Sociedades latinoaméricanas más segregadas, la disminución lenta y paulatina de la Clase media y el acelerado aumento de la pobreza la ha transformado en un espacio muy amplio de conflictividad; este fenómeno ha afectado palpablemente a la Universidad.  La escisión tradicional entre Universidad Pública y Universidad Privada y las secuelas de los modelos Neoliberales han disparado los grados de Apartheid social en nuestras Universidades; de ellas han salido los sectores populares y lenta y paulatinamente están siendo expulsados los sectores de Clase Media baja.

El carácter elitista de la Universidad Privada la presenta en el conflicto social en un polo de apoyo de las clases dominantes ( de las oligarquías y de las clases medias altas hacia el enriquecimiento); la Universidad pública juega un papel diferente, ella, es un espacio de los diversos sectores de las clases medias (clase media-baja o clase media equilibrada) que han sentido el rigor de neoliberalismo.  La posibilidad de recuperación de la Universidad Pública como espacio de los sectores populares plantea una alianza de ella con con estos  que sea capaz de hacer realidad un proyecto político que plantee su recuperación.

Ahora que se ha abierto el debate sobre la Paz, es necesario que la Universidad Pública defina que tipo de Paz es la que necesita; la "Paz de las oligarquías" es evidentemente una Paz que no le favorece, "La Paz del pueblo" puede ser una propuesta importante para su salvación.  En medio de este debate que se ha abierto sobre los diálogos de paz en Colombia, lo más importante para quienes buscamos un proyecto de Cultura humanista, es entender que el entendimiento del problema desde una visión clasista es sin lugar a dudas esencial para no dejarnos imponer ese viejo estilo político en el tratamiento del problema de las oligarquías colombianas, que nos hace creer que su proyecto es el adecuado para la nación, cuando por el contrario lo que pretende es esterilizar la sociedad en la desigualdad, la injusticia y la barbarie, lo que convierte a la "Paz" en un caballo de troya que pude abortar cualquier proceso de democratización y de humanización real de la sociedad colombiana.